LA OBRA ORQUESTAL DE GERARDO GOMBAU: Sonata para orquesta de cámara
Sonata para Orquesta de cámara fue escrita en el año 1952 por Gerardo Gombau, a sus 46 años de edad. Fue con esta obra que ganó el Premio de Composición del Conservatorio de Tenerife en 1953. La obra fue estrenada dos años después de ser escrita, el 24 de enero de 1954 en el Palacio de la Música en Madrid.
Composición de la obra
La plantilla orquestal de Sonata para Orquesta de cámara es más pequeña que de su obra contemporánea, Variaciones poemáticas sobre un tema de carácter español, la cual se caracterizaba ya por tener una plantilla orquestal reducida. Sin embargo, a pesar de esto, la Sonata logra introducir un tempo tripartito en la obra, desarrollando de manera individual la personalidad de cada movimiento, unificándolos en cada cambio.
Primer tempo
En la composición podemos apreciar como en el primer movimiento, la melodía principal se divide en pequeñas partes que se trabajan de forma independiente, lo que hace difícil distinguir las secciones típicas de una pieza musical en forma sonata.
Segundo tempo
El segundo movimiento tiene una tonalidad y armonía que no están claramente definidas, con un sonido misterioso y evocador que se asemeja a una pieza musical nocturna. La sección final es larga y cuenta con un ostinato rítmico, lo que significa que una línea musical repetitiva se mantiene durante toda la sección.
Tercer tempo
En la parte final de la pieza, hay una mezcla de diferentes estilos musicales que hacen que sea difícil distinguir cuál es cuál. El tercer movimiento es una mezcla entre un rondo y una sonata. Es una continuación de lo que se escuchó al principio, donde la melodía principal no se repite de forma literal y los episodios intermedios son variaciones parciales de los materiales utilizados en el primer movimiento. En general, la pieza musical es compleja y desafía las convenciones típicas de la música clásica en cuanto a la estructura y la armonía.
Paradigma para la escritura de la obra
El modelo que usó para la composición de esta obra se halla en el neoclasicismo de igor Stravinsky, Mauricio Ravel y el sinfonismo del centro de Europa. La mayoría de la influencia de estas fuentes fue reflejado por Gombau en el ritmo de la obra, por medio de estilizaciones danzarinas en el compás tripartito de la pieza.
Gombau introdujo en Sonata para Orquesta de Cámara mucha relación con las técnicas serialistas que contenía el neoclasicismo alemán, ya que en estas se encontraban sus intereses, al ser la música contemporánea alemana la más popular del siglo.
En esta pieza podemos apreciar un empeño por reducir el nacionalismo que venía viviendo en sus obras, esto con el fin de evolucionar en beneficio de una estética más abstracta y libre, de técnicas más complejas, las cuales el tradicionalismo no permitía desarrollar.